
Es poco lo que se puede decir de una elección en que la palabra antropoceno jamás fue mencionada. Pero es evidente que la polarización a dos bandas, las dificultades de la democracia y el agotamiento de los partidos tienen origen en una geología entrometida en una configuración política que no le da cabida. En esa incompatibilidad reside el tamaño de la crisis y la oscuridad de sus perspectivas.
Las palabras de Boric es cierto tienen aire de familia con el reconocimiento de la constitución geológica de nuestra actualidad. Pero a lo más alcanzan para hablar de un nuevo trato verde.
Kast es quien responde con mucha mayor claridad e identidad. Aunque sea con la irresponsabilidad casi extraterrestre capaz de arruinar para siempre el planeta con una explotación económica infinita y autoritaria. Muros, alambradas, guardias privados y vigilancia algorítmica, al servicio de las elites. Esperando algún día saltar junto a esos pocos, a otro planeta.
La gravedad del aplanamiento intelectual de la izquierda además de su frivolidad en el uso de las redes, la hace el primer responsable de los números del atardecer del domingo pasado.
La fuerza de los movimientos alternativos es pequeña, desorganizada y poco productiva. Su fragilidad es un problema.
Crear un movimiento que enfrente economía, desarrollo, individualismo, requiere una solidez y capacidad muy enfocada y serena. De otro modo es imposible borronear los sentidos comunes de la modernidad occidental.
No se ven signos de que el antropoceno impregne la segunda vuelta. Seguiremos envueltos en las medias tintas de un debate parcial.
La polarización y su resonancia con la de los años 60/70, se explica más que por la eternidad de un conflicto de ideas, por el trasfondo ecológico de ambas crisis. Esa vez fue la incapacidad de la estrategia ISI para masificar el consumo chileno a nivel de los pueblos de Europa y USA. Hoy también estamos sobre otra versión del agotamiento, pero del extractivismo. Si desde los años 80 asistimos a un boom de mercancías y consumo pagadas con las divisas del saqueo de Chile, ese pozo sin fondo está ahora seco.
Como sea, la ecología es el mar de fondo de ambas tormentas.
Los próximos cuatro años serán de acelerada transición al reconocimiento de que la política es un resultado de la ecología. Que sea a costa de sufrimiento y autoritarismo o bajo un régimen de mayor holgura democrática depende de los electores. Pero hasta ahora la incapacidad dirigencial es abrumadora.
El movimiento para evitar la catástrofe aún está pendiente. El informe de IPCC de agosto pasado tuvo bajo impacto sobre las naciones industriales en COP 26. El único efecto percibible sobre nuestros países del cono sur es una mayor propensión por hacer negocios a su costa.No nos sorprendamos pues de estar en medio del antropoceno con tan pocas luces.