El cura firmó el texto con su nombre y cargo: Jefe de Sección. Contaba allí a su jefe, Aureliano Oyarzún, Director del Museo de Etnología y Antropología, el resultado de la misión que le encargara. Según él, era una misión que le llegó sin sospecharlo:
La comisión con la cual tuvo a bien honrarme, señor director, no pudo menos de ser una sorpresa agradable para mí
Pero él bien sabía que era un destino fijado desde su juventud
poder pisar luego la tierra, que vislumbrara ya en los espejismos de los ensueños de mi juventud y cuya realización fuera uno de mis ardientes anhelos allá en mi lejana patria.
Gusinde salió el 9 de diciembre a Punta Arenas, desde Valparaíso. Arribó el 20 y la huelga de esos días en Punta Arenas lo concentró en el Museo Salesiano. Una colisión local y profunda entre la cuestión social y la cuestión originaria. El 5 de enero salió a Dawson y tras buscar restos óseos para antropometría en restos Kawashkar de reciente entierro, regresa el 13. El 18 de enero cruza a Tierra del Fuego, en buscar de los Selknam.
Sus palabras al regresa:
En los momentos de partir llenóse mi alma de sentimientos compasivos, al pensar en el pasado de esta raza y en la suerte que les depara un porvenir más o menos próximo, es decir, su desaparición. dentro de pocos decenios, desaparición que será completa y para siempre. Me separé con pena de aquella gente tan desconocida y tan cruelmente ultrajada; plugiera a Dios pueda volver a verla, cuanto antes, para penetrar más en su alma y en lo más íntimo de sus pensamientos, ideas y sentimientos.
Como un Jorge Manrique de la Patagonia, coplando a la muerte de los indios, el cura se pregunta por la suerte de estos queridos salvajes:
¿En dónde están los hombres fuertes, las mujeres de presencia gallarda y hermosa,la alegre juventud? …¿Dónde las mozas que buscaban mariscos en la playa, y los jóvenes que se adiestraban en el manejo del arco?…¿Dónde los cazadores y sus familias?…¡Perecieron…¡Están anonadados!…pero esta obra de la desolación no la consumó ni la peste ni la guerra, sino el roce con los blancos y la codicia de los civilizados.
Gusinde apela a la proximidad de los 400 años del cruce del estrecho para terminar pidiendo el financiamiento de una expedición científica.
En esta noche de 2 de mayo del 2019 nos reencontramos en medio de sus palabras.