La biología de la historia

IMG_8554El artículo de Hannah Landecker, titulado Antibiotic Resistance and the Biology of History, aparecido en Body & Society, 2016, Vol. 22(4) 19–52, introduce esta expresión: la biología de la historia.

Tomando además una frase de Hanna Arendt acerca de lo extraño que es el uso de automóviles, invirtiendo la oposición que la filósofa política alemana en la misma sentencia hace respecto a la resistencia antibiótica, la autora muestra la potencia de acción de nuestras intervenciones en lo biológico, sus implicancias políticas y la necesidad de ampliar la visión de nuestros actos biológicos y médicos.

Mediante la intervención o mejor dicho, interceptación de mecanismos de comunicación entre microorganismos, hemos desencadenado una transformación mayor del devenir bacteriano y terrestre. Usando hallazgos biológicos mal comprendidos (por ejemplo nada sabíamos en ese entonces de transmisión horizontal de plasmidios) hemos generado nuevos devenires históricos, extendiendo las modificaciones bacterianas a microorganismos que viven muy lejos del hábito clínico.

El sentido clásico se ha invertido. No es la historia de la biología, sino la reflexividad de la biología, la que ha creado una historicidad, extremadamente fuerte. Los antibióticos son parte del gran salto adelante de los años 50, asociados a la producción masiva industrial de sustancias biológicas y de carne como alimento.

Repensar la medicina en hospitales sustentables y en vidas asociativas, prudentes, calmadas por la fronesis.

 

 

 

 

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