
Lo que empieza mañana es un debate doble. Qué reglas para vivir y como han de moverse esas reglas.
Por tanto no es lo primero ponerse de acuerdo entre las personas, si no intentar ponerse de acuerdo con la realidad o al menos, tratar de entender qué ocurre en la realidad.
Pese a la riqueza del debate sobre la expresión antropoceno, resulta útil quedarse con ella para denominar la atmósfera de la crisis actual: una debacle planetaria provocada por un occidente, patriarcal, racista, especista, desarrollista.
La constitución de Pinochet es la expresión jurídica de ese supuesto orden (un caos brutal en verdad) . Anclado en las nociones de la guerra fría -que no son el siglo XX, puesto que la cuestión social, la revolución y la guerra son profundamente decimonónicas, carboníferas y anti planetarias-, todo movimiento en esas reglas no hace sino hundirnos en el marasmo y acelerar las extinciones, corromper las aguas, deteriorar los suelos, recalentar el planeta.
La forma en que Chile ha vivido ese proceso de antropocenización desde hace 500 años (cruce de Magallanes del estrecho en 1520), producen un ritmo y dan forma local. Nuestro abordaje debe ser local, indiano, científico,literario, puesto que salir de esta crisis también es salir de la crisis de 1973, que fue un prólogo de las sacudidas políticas que el antropoceno nos está generando. La UP fue un esfuerzo por dar el gran salto adelante occidental de los 50 en el marco de la sustitución de importaciones. La salida Pinochetista para proveer de autos y bienes de consumo durables a través de la liberalización de mercados llevó a la actual crisis a un nivel trágico. Tragedia que al igual que la del 73 (recordemos que Elizalde ya en 1970 escribió preocupado la sobrevivencia de Chile y Oyarzún, su Defensa de de la tierra) son primordialmente crisis ecológica devenidas políticas.
El último viernes de septiembre del 2019, los viernes de Gretha, ya mostró banderas indígenas y consignas de la tierra. El 18 de octubre confirmó que el problema es un planeta que ha entrado en otro diagrama de fase, en otro ciclo, que el cuaternario se ha acabado. Las múltiples zonas críticas de Chile así lo están diciendo.
Reglas entonces para vivir en el antropoceno. ¿Como se producen esas reglas? Pues bien,con mucha biología en el tintero, con mucha comprensión de las recursividades de lo orgánico sobre lo físico y lo químico, y viceversa.
Pero esas reglas han de ser ellas mismas vivientes, ya que hemos hablado de antropocenización, es decir de un proceso en marcha, del cual conocemos tan sólo pequeñas zonas.
La misma pandemia, que parece no ser una amenaza del «afuera salvaje»sino más bien la incapacidad intelectual y política del adentro civilizado, expresa que no es con más residuos, maquinismos, toxicidades y energías como vamos a salir de todo esto.
Somos optimistas aún de los humanos. Esperamos que mañana encabece Elisa Loncón este trabajo y su ubicación en la testera nos dará una nueva señal de que we tripantu esté en marcha.
1 Will Steffen, Johan Rockstrom , Katherine Richardson, Timothy Lenton, Carl Folke, Diana Liverman, Colin Summerhayes, Anthony Barnosky, Sarah Cornell, Michel Crucifix, Jonathan Donges, Ingo Fetzer , Steven Lade, Marten Scheffer, Ricarda Winkelmann, Hans Schellnhuber, Trajectories of the Earth System in the Anthropocene, PNAS, 2018, 115(33): 8252-8259.