Laboratorios into the wild, laboratorios pragmáticos y laboratorios hueros

Un hospital puede ser entendido como un laboratorio pragmático, un lugar semi-cerrado que despliega muchas técnicas para obtener resultado

Mide, purifica, aísla, extrae, prueba, tiñe, fija, estimula, inhibe, diluye, concentra, irradia, contrasta, etc, etc. Todo eso a fin de tener un resultado.

Una estación de monitoreo es también una variante de laboratorio «into the wild» por usar la expresión de Hutchinson.

Humboldt usaba instrumentos de terreno, pero el laboratorio into the wild semeja más el equipamiento de una pared rocosa antes de la escalada, que al registro de la salida de un instrumento en un cuaderno de campo. Equipamos un territorio para permitir un ascenso, en este caso cognitivo y eficaz. Lo volvemos una zona crítica.

Cuando ese equipamiento carece de propósito diagnóstico o terapéutico, el equipamiento se vuelve vacío, huero como esos huevos del viento.

El sistema de gestión ambiental chileno, en particular el SINCA, es una dispersión de huevos de viento. Carentes de hipótesis, escritos en lenguaje irregular y poco accesible a los legos, las estaciones de monitoreo no sirven a ningún propósito resolutivo.

Pero además expresan un problema epistemologico, acerca de cómo entendemos el mundo. Se basan en un grave error que subyace a una de las grandes equivocaciones de nuestra civilización, el mismo error que nos conduce al colapso. Creer que existe algo así como el ambiente, algo externo, un afuera ajeno a nosotros.

El ambiente sería como un cubo transparente lleno de medio homogéneo independiente. Las normas funcionan para que ese medio mantenga su homogeneidad, o dicho en palabras elegantes, el desarrollo sea sustentable. Para que la carrera hacia el abismo sea decente. El modelo se ha tomado como lo real. De ahí a una ingeniería del ambiente, una gestión del ambiente y una gerencia del ambiente. Todo desde fuera del cubo. Pero humanos, gatos, bacterias, algas, corales no sólo estamos adentro, sino que somos el adentro.

El modelo es un pobre modelo porque como tal incluso carece de recursividad. Es un modelo sin interacciones ni incertidumbre, puras linealidades. Sin novedad ni poesis. Sin creación ni aprendizajes.

Es decir con cero biología.

No nos sorprendamos que los huevos de viento no den cría. Mucho menos de que se de compongan.

Coronas, bandas o ramas de canelo?

Desde que apareció el estado en nuestras tierras hace casi 500 años hemos tenido tres grandes símbolos de su presencia.

La corona: ensamblaje cefálico de metales purificados y joyas. Símbolo del extractivismo mas tóxico, el mercurio que purificaba el oro, asesinaba indios y ríos. Guerra colonial contra los pueblos.

La guerra de independencia dió paso a la banda presidencial,siempre acompañada de una espada. Una blandura industrial, cultivo introducido de la seda, europeísmo de los fundadores de la nación-estado.

La constitución porvenir enarbola una rama de canelo. Lo salvaje vuelve a entrar en los salones. El bosque diezmado y bautizado de manera europea, asimilado a la bíblica canela (cinamomo), entra como un torbellino agenciando un nuevo orden, a partir precisamente de ese desequilibrio.

El aŕbol en vez del libro,o más bien, el libro que debe siempre ser primordialmente árbol.

¿Y la hoz y el martillo?

Se equivocan quienes ven en la derrota de la hoz y el martillo -pese a su florecimiento parecido a la quila- solo una torpeza de su vocero. No hay aliento para las máquinas, para los engranajes, el vapor, para el cultivo y el hierro.

Faltan aún los animales que jamás fueron domesticados en américa.

Una vez que ellos empiecen a aparecer estaremos entrando en la cosmopolítica para el antropoceno.

Un presidente para el antropoceno en el sur del mundo

501 años tras la pasada del antropoceno por el estrecho de magallanes, se asoma un presidente desde esa misma orilla, encaramado a un árbol, un niño.

Los viejos partidos fósiles-combustibles, mirando el pasado y la tristeza, han sido barridos por la gente común y corriente que también desea subirse al árbol o enarbolarlo como hiciera Elisa con el canelo.

Gabriel puede ser un gobierno ligero y sutil para el antropoceno desatado, el de dióxido de azufre, salmoneras, crianzas industriales de animales, herbicidas, órgano fosforados y piretroides, aguas que escasean, biodiversidad amenazada.

El aparato de gobierno que nos legó esa modernidad sucedánea no sirve. Ni resuelve la miseria (CASEN) ni logra abordar sensatamente un problema colectivo (COVID 19) ni permite que la inteligencia colectiva alumbre soluciones comunes (https://tecnojungla.wordpress.com/2021/07/18/sumergirse-en-el-antropoceno-mas-alla-de-publica-poblacional-o-colectiva/)

Gabriel la tiene difícil. Un país devastado, contaminado, esquilmado, sufrimiento moral en las almas por más de un año de encierro inútil, un aparato de estado incapaz. En poco años debe revertir esa tendencia.

Pero una vez más confiaremos en la tierra, en los pueblos sabios y en los ciudadanos. Esos que derrotaron a un gobierno totalitario y salvaje y que hoy derrotan de nuevo a las máquinas burdas de gobernar.

Vamos por nuestro presidente para el antropoceno!!!!

la poesía es el dron de los pobres

chirrea la libélula de este dron de los condenados

mientras escucho el siseo de las frases estandarizadas que ofrecen kits protectores

ella sueñan con un virus partícula que contamina y mata todo lo que toca

estroncio desatado desde wuhan

agua y gases en medio del antropoceno para atajar (3 puntos querían) esta reunión de ponchos

corbatas ternos azules uniformes de combate hombreras y pierneras plásticas

los señores de europa y los indios

no hay mejor todo terreno que los pies

aunque signifique el ingreso a esta simulación decimonónica doble:

el edificio/la institución

Drymis winteri en medio de tanto Platanus orientalis

hasta aquí llega el sueño del auto propio

antropoceno encarnado en el alma de los chilenos

aquí se agota la cultura americana en la cabeza de este pueblo

acostumbrado a comer basura en las bencineras que son las únicas ciudades

de las carreteras

como Lautaro entró a pie a las villas valdivianas

como su epónimo Eden Wellington huyó en Dalca

de la familia trinitaria la Fach el enclave el morse

o como Button volvió a coger el tenedor por unos instantes

caminar es la vacuna también de los pobres

contra todas sus creencias no vino de afuera la cosa

porque ellos son los hijos de migrantes clandestinos que trajo Valdivia

sin Visa de trabajo ni validación de grado o título

entramos a la constituyente y vimos en sus ojos que querían llevarnos a un zoológico humano

que querían disecarnos medirnos el cráneo palparnos las zonas

pero el antropoceno también les quita el aire

qué kitsch de techos plásticos de mascarillas

qué malgusto de sillas incomódas de ponchera de plata qué falta de suelo

que ausencia terrible de Matta de Violeta de Rojas1 y Rojas2

la transmisión online deja escuchar en los momentos de pausa

la conversación de los productores del evento

que creen que es simulacro esta captura de su simulacro

ellos que viven de hacer creer ahora no creen lo que viven

la ganzúa del padre de Rojas1 el viento Leufu de Rojas2

la viruela que no mató a Violeta

el tomate a la pala de Matta

los pongo allí como ofrenda

para que animen esta alma

que ha vuelto a reencarnarse en nosotros

Constitución para el antropoceno

Figura tomada de Trajectories of the Earth System in the Anthropocene 1

Lo que empieza mañana es un debate doble. Qué reglas para vivir y como han de moverse esas reglas.

Por tanto no es lo primero ponerse de acuerdo entre las personas, si no intentar ponerse de acuerdo con la realidad o al menos, tratar de entender qué ocurre en la realidad.

Pese a la riqueza del debate sobre la expresión antropoceno, resulta útil quedarse con ella para denominar la atmósfera de la crisis actual: una debacle planetaria provocada por un occidente, patriarcal, racista, especista, desarrollista.

La constitución de Pinochet es la expresión jurídica de ese supuesto orden (un caos brutal en verdad) . Anclado en las nociones de la guerra fría -que no son el siglo XX, puesto que la cuestión social, la revolución y la guerra son profundamente decimonónicas, carboníferas y anti planetarias-, todo movimiento en esas reglas no hace sino hundirnos en el marasmo y acelerar las extinciones, corromper las aguas, deteriorar los suelos, recalentar el planeta.

La forma en que Chile ha vivido ese proceso de antropocenización desde hace 500 años (cruce de Magallanes del estrecho en 1520), producen un ritmo y dan forma local. Nuestro abordaje debe ser local, indiano, científico,literario, puesto que salir de esta crisis también es salir de la crisis de 1973, que fue un prólogo de las sacudidas políticas que el antropoceno nos está generando. La UP fue un esfuerzo por dar el gran salto adelante occidental de los 50 en el marco de la sustitución de importaciones. La salida Pinochetista para proveer de autos y bienes de consumo durables a través de la liberalización de mercados llevó a la actual crisis a un nivel trágico. Tragedia que al igual que la del 73 (recordemos que Elizalde ya en 1970 escribió preocupado la sobrevivencia de Chile y Oyarzún, su Defensa de de la tierra) son primordialmente crisis ecológica devenidas políticas.

El último viernes de septiembre del 2019, los viernes de Gretha, ya mostró banderas indígenas y consignas de la tierra. El 18 de octubre confirmó que el problema es un planeta que ha entrado en otro diagrama de fase, en otro ciclo, que el cuaternario se ha acabado. Las múltiples zonas críticas de Chile así lo están diciendo.

Reglas entonces para vivir en el antropoceno. ¿Como se producen esas reglas? Pues bien,con mucha biología en el tintero, con mucha comprensión de las recursividades de lo orgánico sobre lo físico y lo químico, y viceversa.

Pero esas reglas han de ser ellas mismas vivientes, ya que hemos hablado de antropocenización, es decir de un proceso en marcha, del cual conocemos tan sólo pequeñas zonas.

La misma pandemia, que parece no ser una amenaza del «afuera salvaje»sino más bien la incapacidad intelectual y política del adentro civilizado, expresa que no es con más residuos, maquinismos, toxicidades y energías como vamos a salir de todo esto.

Somos optimistas aún de los humanos. Esperamos que mañana encabece Elisa Loncón este trabajo y su ubicación en la testera nos dará una nueva señal de que we tripantu esté en marcha.

1 Will Steffen, Johan Rockstrom , Katherine Richardson, Timothy Lenton, Carl Folke, Diana Liverman, Colin Summerhayes, Anthony Barnosky, Sarah Cornell, Michel Crucifix, Jonathan Donges, Ingo Fetzer , Steven Lade, Marten Scheffer, Ricarda Winkelmann, Hans Schellnhuber, Trajectories of the Earth System in the Anthropocene, PNAS, 2018, 115(33): 8252-8259.

Chile, país container: ¿ Constitución Container?

Quizás La Moneda reconstruida no sea mas que una serie de containers alineados. Desde ese entonces no somos más que una faena, un precario campamento erguido en medio de un mundo acosado por nuestra voluntad de nada.

La soluciones containers tienen la marca de lo estandarizado, de lo deslocalizado, de lo inmediato eterno. No poseen la precariedad del ukurj, ni apuestan por un nomadismo irregular. Pretenden ser soluciones ágiles y sencillas, pese a que tienen la gravedad de los objetos rectangulares, la ortogonalidad implacable de lo estable y angustiosamente definitivo.

Las ideas container navegan veloces y se instalan rápidamente. El sentido común es una plaza de containers. Las frases de los medios son acopios de containers intelectuales. Las universidades, costaneras abarrotadas de lógicas containers. Quizás muy pronto el cráneo mute para volverse paralelepído y almacenar el millón de containers que se requiere para ser reconocido como ciudadano decente.

La tensión de la nueva constitución es entre container o ukurj. Faena o nomadismo. Rugoso o liso. Autocad o boceto.

Esta vez sí estamos ante una disyuntiva.

¿ADN o flujos? una constitución escrita en movimiento

En abril 25, 1953 la publicación de MOLECULAR STRUCTURE OF NUCLEIC ACIDS en Nature, generó una línea biológica con énfasis en las estructuras. La cibernética ( y su correlato fisiopatológico, la endocrinología) fue opacada y transformada en informática (aseptizada), por esta idea de un centro con un código programado que luego se ejecuta.

También el pensamiento sociológico e histórico se vio copado por las estructuras: del totemismo, de las revoluciones científicas, de los tiempos lentos.

Lo fluido, lo entrelazado,lo indeterminado fue relegado a anécdota.

De pronto, los flujos volvieron de la mano de la geología, que devolvió a la vida su movimiento incesante, sus exploraciones sin límites, su estética generosa, su multiplicidad enredante. La existencia era otra cosa que ADN, las identidades estaban en movimiento, había lugar para el asombro y el placer. Pero también, nos volvimos frágiles, susceptibles de ser intoxicados, transformados, extinguidos.

La constitución que chile empieza a debatir de lleno no puede ser una constitución ADN, una estructura que se ejecuta. Necesitamos una constitución flujo, que permita que la vida la sobrepase y la recomponga, una constitución en movimiento, cargada de valores terrestres, austera, pero bella, vegetariana, nómada, pobre en grasas, rica en oligoelementos, lectora, caminante, escritora, femenina, estrogénica, abierta a la noche, solar, fotosintética, oxigenante.

alstroemerias: salvajismo prudente

primavera silenciosa querida rachel, en medio de cuarentenas desquiciadas y patrullajes militares, jóvenes nocturnos apresados como lemures por las fuerzas del orden en medio del antropoceno, la voz de las alstroemerias hablan con pétalos temblorosos.

Guardó por años en el subsuelo las pintas jaspeadas y antidictatoriales de sus flores, elevó al sol sus estambres, convocando a los abejorros y picaflores, diciendonos rachel, diciéndome, que toda primavera tiene un portavoz hermoso como tú, dulce compañera de los bichitos de la rompiente, de las islas y volcanes.

Humboldt, Oyarzún, Elizalde me susurran tu nombre rachel, tu infatigable esperanza, tu primavera.

zonas críticas de nuestra sensibilidad

Debo a Manuel la sensibilidad, la camaradería y la insistencia en bajar a explorar esta selva valdiviana ubicada en plena quebrada de San Agustín.

Luego a Olivia y Fabiana, pequeñas exploradoras estremecidas por las quilas, pajaritos y colliguayes tan a la mano, tan vivientes.

El viernes llegamos al agua tras 3 jornadas de avance metro a metro. En pleno siglo XXI, con un un planeta diezmado, la quebrada nos miraba como un principito caído en el desierto.

Estamos dentro de las ecologías y aunque la nación arde tensionada no mirando sus quilas, sus churretes, sus aguas, son las ecologías las que ordenan nuestros desafíos, nuestras alegrías y nuestras esperanzas.